Andaron un largo trecho y decidieron sentarse a descansar en aquel paseo. Apenas pasaba nadie, seguramente era a causa de la hora temprana. Más tarde y cuándo ellos ya estuviesen en casa la gente se decidiera a salir, muchos estarían viendo cualquier serie de la tele, otros estarían todavía trabajando, los niños en el colegio y las mascotas con suerte echadas en algún lugar del salón intentado dormitar sin conseguirlo, ya que el volumen por escaso que fuese les molestaba para tener un plácido sueño. Otros no tenían tanta suerte y se echaban dónde podían...
Decidieron volver a casa, la brisa ya era algo más fresca y en el hogar tenían todo lo que necesitaban.
Verónica O.M.
Lo ha dibujado una mujer
un poco loca
que se ilusiona
con cualquier cosa.
No dejéis que el niño o niña interior
DESAPAREZCA.
Nos aporta la ilusión
para poder llevar la vida.
Verónica O.M.
 |
Como un jinete entras cabalgando en mi sueño. ¿Dónde te escondes que te busco y no te encuentro? Verónica O.M. |
 |
| Soy yo... No os asustéis. Por ser imprudente he sufrido una aparatosa caída y mirad mi ojo como está, porque no es plan de enseñar el cuerpo que si no... Tengo un montón de moratones y heridas varias pero no me he roto ni un hueso. Os explico: Hace unos días estuve comprando en un súper.... cerca de casa y por no subir en el ascensor subí por las escaleras mecánicas y... Metí el carro antes que yo y el me tiró al acoplarse en el escalón. Las escaleras iban en marcha y al caerme me di con ellas, intenté levantarme deprisa con el miedo de que pasaría cuándo llegase arriba y me volví a caer haciéndome un daño increíble. Cómo pude me volví a levantar y siempre intentando dominar el carro de la compra aunque el también se quedó tirado en la escalera mecánica. Cuándo llegué arriba lo puse de pie y muy nerviosa y dolorida vi que debajo de la ceja me empezó a gotear la sangre, me taponé la herida con un kleenex y apunto estuve de marearme. Volví a casa llorando por los nervios y tirando del dichoso carro... Había subido varias veces y no me había pasado nada, pero había una ligera diferencia, me había subido antes yo y después el carro. No me volverá a pasar, seguro. Verónica O.M. |
 |
| Imagen de Internet El exceso en su imaginación no la hizo feliz, al contrario. Pero con el tiempo aprendió a canalizarlo y entonces, sí... Y ahora se siente especial cuándo antaño se sentía como un bicho raro de esos que ven material dónde otr@s se quedaban con lo superficial y nada especial veían. Y ya no le dá vergüenza pregonar lo que antes callaba por el miedo de ser diferente a quienes conocía. Y hoy, si está orgullosa de ser como es una mujer con imaginación con la mente despierta para pensar, crear y ver la vida de forma real y sin engaños... pese a esa facultad que no entorpece su sabiduría. Verónica O.M. |
 |
| ALFRED GUILLOU francés, 1844-1926 |
| Milú, esperaba... Y no perdía detalle de lo que en el exterior ocurría. Se había quedado solito y aquello no le agradaba. Cuándo escuchaba el menor sonido salía disparado y se metía debajo de una cama. Y mientras tanto, esperaba... Estaba seguro que faltaba poquito para que la familia regresara. Les haría fiestas y más fiestas hasta que los niños se cansaran y escucharía de parte ellos aquello de: Milú, vete y aparta. A pesar de todo el gatito los ama y piensa que sin ellos sería menos que nada. La próxima vez intentará que nadie con él se moleste y los mirará con todo el amor aunque sea a distancia. Verónica O.M. |