lunes, 27 de enero de 2020

Se murió por...

Con respecto a la historia anterior...

La madre de Elena estaba harta de aconsejar a su hija de que se separara. La hija le había contado la de aventuras que su marido había tenido. La última con una mujer bastante más joven que ella misma.
Se encargó de hacerle saber a ella, la clase de mal parido que era aquel que la tenía enamorada.

-Me dijo que os estábais separando.

Y no era verdad.

La última vez que se vieron...
Ya no le dejó entrar en el piso y le pidió por favor que la dejara en paz.
No le llegó a decir...

Cuándo llegó a su casa, Elena inició una gran pelea y al momento el hombre yacía en el suelo. Le había dado un infarto fulminante.

Lo que a su madre no contó era que ella se acostaba con cualquiera desde el inicio...

Por eso la suegra lo odiaba.

La mujer lloraba, quizás le remordiera la conciencia, o no pensara que la discusión acabase con él de esa forma.

Y la que apareció última y con toda la desilusión del mundo, ya tenía la plena certeza de que había entregado cuerpo y corazón a uno de tantos canallas...

El cura tan solo oficia la misa y de algo se percata.

Y el muerto descansa metido en la caja de pino y más frío que un témpano.
Autora Verónica O.M.

6 comentarios:

  1. Como la vida misma Vero, de historias más o menos similares está el mundo lleno. Discutían y discutían pero ambos tenían de que callar.
    Un abrazo amiga.

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    1. Es cierto, Juan, discutieron y a él le tocó...
      Un abrazo

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  2. Carambas... Sí que sorprende.
    Besos. 🌼

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